No hay bandera
ni excusa que tape la traición del PP al votar contra el paquete de medidas del
Gobierno para reforzar el escudo social que con tanto esfuerzo está
construyendo en torno a la clase media y trabajadora, que es la mayoría de la
gente. Los mandatarios populares de Almería, empezando por la alcaldesa de la
ciudad, tendrán que dar explicaciones sobre su decisión de anteponer la
estrategia de Feijóo a los intereses de millones de ciudadanos anónimos que
iban a verse beneficiados por el decreto bloqueado en el Congreso.
¿Cómo es posible
que les importe más su partido que mejorar la vida de sus vecinos? Moreno
Bonilla, que se subió de una tacada 18.000 euros para cobrar al año casi
100.000 euros, y la alcaldesa de la ciudad, que encabeza el ranking de las
mejor pagadas de toda España, tendrán que explicar por qué han bloqueado el
bienestar de tantas personas.
Su traición
supone que alrededor de 117.000 pensionistas almerienses van a dejar de cobrar
una media de casi 500 euros a partir de febrero, que el bono transporte a
Sevilla o Madrid de autobús pase de 60 euros al semestre a 40 por cada viaje, y
el del tren que aumente de 60 y 20 euros al semestre, a 28 y 70 por cada
trayecto. En la ciudad de Almería se suprime la rebaja del autobús urbano.
Patético resulta escuchar ahora a la alcaldesa pedir al Gobierno de España que
complete la bonificación, cuando han sido sus compañeros de partido los que han
generado este desaguisado.
Además, el
castigo del PP va a suponer que miles de trabajadores almerienses no vean
consolidado su salario mínimo interprofesional y, de paso, que las grandes
compañías de energía, que obtienen millonarios beneficios, a costa de las
sufridas economías familiares, dejen de pagar impuestos con arreglo a sus
desproporcionados ingresos. ¿Es ese el compromiso del la derecha con el
bienestar de la gente?
El ataque del PP a los pensionistas, a los jóvenes y a miles de familias es consecuencia del rencor feroz que sienten por la extraordinaria labor que está llevando a cabo Pedro Sánchez desde que desalojó en 2018 al gobierno corrupto de Mariano Rajoy. Desde entonces las pensiones han subido un 15%, el salario mínimo un 54%, tenemos la tasa más baja de paro de los últimos 18 años y Almería nunca ha recibido tal cantidad de inversiones, empezando por el AVE, que transformará definitivamente la ciudad, aunque les pese.
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