Francisco
Espinosa reclama en su nuevo trabajo de investigación Compendio de Historia de El Ejido que su
ciudad se reconcilie con la memoria. El político y docente Espinosa lleva
tiempo en dar a conocer a su ciudad que tiene ésta una historia brillante. “Debe
reconciliare con su pasado, a través de la recuperación de la memoria perdida u
olvidada. Hay que conocer su historia para crear la identidad y el
sentimiento de pertenencia a un pueblo”. Hasta ahora todos hablamos de que
El Ejido es una tierra de aluvión que se ha hecho grande con la aportación de
agricultores del interior de Granada, Jaén y Almería. En las enciclopedias
Álvarez de hace sesenta años y en los reportajes periodísticos se hablaba de la
huerta de Murcia como lo más grande, pero ahora sacamos con orgullo que la
provincia de Almería es la huerta de Europa. Ha cerrado 2024 con unas exportaciones
al alza por valor de 5.685 millones de euros. Solo Roquetas de Mar, Vícar y El
Ejido superan cualquier producción hortofrutícola de España, la tierra donde
menos llueve. Los datos son rotundos en técnicas innovadoras de ahorro de agua,
modernización de invernaderos, investigación y la convivencia de más de cien
nacionalidades. Ese desarrollo trae situaciones injustas en falta de viviendas
dignas para trabajadores. El desarrollo es brutal y sin esa mano de obra el
conjunto de Almería no sería nada. Quedan para la historia, en el plano
negativo, los sucesos racistas de febrero de 2000 o el caso Poniente, una trama
de corrupción que esquilmó las arcas municipales en favor de intereses
privados. Por encima de todo está el dinamismo emprendedor de la mayoría
ejidense.
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Francisco Espinosa / Loa |
Francisco Espinosa Gaytán (El Ejido, 1951) es autor de Compendio
de Historia de El Ejido, editado por Letrame, conoce la evolución de la
gran ciudad ejidense. Está empeñado en narrar y dotar de historia a su El Ejido
del alma con una trilogía cuya última aportación fue presentada el pasado
jueves. “Mi
ánimo e intención ha sido superar una carencia que yo mismo, como profesional
de la enseñanza, que he sido, encontré a lo largo de mis años de docencia y de
responsable público en el municipio en el que nací y me he desarrollado. Esa
carencia, era el poco conocimiento y valoración que de la historia de El Ejido
–o si quieren mejor, y por extensión, del Campo de Dalías-, teníamos sus
habitantes nativos o incorporados a lo largo de la segunda mitad del siglo
X”. “El
Ejido, ese territorio conocido tradicionalmente como el Campo de Dalías,
atesora una profunda y abundante historia que dejó sus huellas arqueológicas,
desde los tiempos del megalitismo (3.000 años a.C.), pasando por las diversas
culturas prehistóricas (de la época de Los Millares y el Argar) y de la
Antigüedad (Fenicios-púnicos, Iberos y romanos)”.
Espinosa fue cargo importante en Fomento, junto al almeriense Jesús Miranda Hita el que empezó las obras del AVE en el tramo Venta del Pobre-Vera en la etapa del Gobierno Zapatero. Espinosa, exdirector general de Transporte Terrestre ejerció en otros cargos importantes de la Junta de Andalucía. En su etapa de director gerente de la Empresa Pública de Suelo de Andalucía (EPSA), puesto que compatibilizó con el de consejero de la Autoridad Portuaria de Almería, trabajó que El Toyo tuviera el diseño y éxito del que disfruta en la actualidad, junto a las aportaciones del entonces alcalde de Almería Santiago Martínez Cabrejas y la cantidad de viajes con el exprimer teniente de alcalde y responsable de Urbanismo, Diego Cervantes, rememoró con orgullo quien ejerció como primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de El Ejido en su primera etapa política.
Espinosa
cita en su nuevo libro a arqueólogos e historiadores que se sumergieron en el
yacimiento de Ciavieja: Ángela Suárez y Manuel Carrilero, López Castro, Lorenzo
Cara Barrionuevo, Rafael Lázaro y otros, recreando la prehistoria y el mundo
antiguo. O los clásicos del siglo XIX y principios del XX, como Eduardo
Saavedra o el padre Fita, enseñoreándose en la ubicación e importancia de la
Murgi romana. O, en los trabajos de Pedro Ponce o Valeriano Sánchez, ocupándose
del tránsito de la Edad Media a la Moderna y Contemporánea, con los
repartimientos de tierras, tras la expulsión de los moriscos y la repoblación
cristiana, en tiempos de Felipe II. “Quizás la aproximación más cercana al
trabajo que yo les ofrezco, se encuentra en el libro de homenaje al
desaparecido Ángel Aguilera, titulado Mirando al Tiempo, realizado
con la aportación de un conjunto de autores que de forma yuxtapuesta
desarrollan diversos artículos sobre diversas etapas y situaciones de la
historia de El Ejido y su campo”.
Lo
cierto es, fuese como fuese, que se extendió entre la población local -nativa o
de inmigración-, la idea de que El Ejido no tiene historia y del territorio que
ocupa, es sólo el fruto del rápido desarrollo económico y social, producido en
el siglo XX, a partir de la llegada de las primeras aguas de la Fuente Nueva,
del Canal de San Fernando y de los primeros pozos, que permitieron desarrollar
la agricultura del parral y de otros cultivos de frutas y verduras al ‘aire
libre’ (tomates, guisantes, habas, judías, etc). Y esa idea se magnificó y
consolidó tras el vertiginoso crecimiento que experimentó este municipio en la
segunda mitad del pasado siglo, con los cultivos abrigados bajo plástico que
hoy conocemos. En definitiva, se instaló la idea en lo local, en lo provincial
y a nivel general, de que El Ejido y su territorio no tenían historia…”.
Llega el 28-F y Espinosa sigue viendo a la Junta de Andalucía como aliada para el desarrollo. “La historia de El Ejido habría sido mucho más difícil de no haber contado con la ayuda institucional y económica de Andalucía. Servicios y equipamientos públicos municipales fueron fruto de esa colaboración: Casa Consistorial, Pabellón de deportes, teatro municipal, centros de salud, colegios, etc.
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