La alcaldesa de
Almería pasará a la historia de la ciudad como la que más ha pisado la alfombra
roja y también la que más ha escondido debajo de ella. Desde hace 8 años el
Ayuntamiento cuenta con una Ordenanza de Transparencia, Buen Gobierno y Calidad Democrática que la
señora Vázquez sistemáticamente incumple, hurtando una jugosa información sobre
las actividades de su equipo de gobierno a los grupos de la oposición,
legítimos representantes de los almerienses.
Entre otras
cosas, no se publica la agenda institucional de la alcaldesa y sus concejales,
y sólo sabemos de sus numerosos viajes por los publirreportajes que publican en
los medios de comunicación. Desconocemos el perfil, la trayectoria profesional
y lo que cobran los máximos responsables de las sociedades municipales,
fundaciones y consorcios, así como del personal eventual que libremente eligen.
No se publican los gastos protocolarios, dietas y gastos de viajes de la
alcaldesa y su comitiva. Y tampoco conocemos el gasto que realizan en campañas
de publicidad.
El Ayuntamiento,
con ella al frente, acumula innumerables resoluciones del Consejo de
Transparencia de Andalucía que obligan al equipo de gobierno a proporcionar
información a la oposición. Hasta en 15 ocasiones este órgano les ha obligado a
darnos la información a la que tenemos derecho. Y el Ayuntamiento ha sido
condenado por vulnerar los derechos fundamentales de los concejales del PSOE
por este tema.
En lo que
respecta a la Calidad Democrática, tampoco
cumple con la ordenanza. El Consejo Audiovisual de Andalucía les ha advertido
en numerosas resoluciones de que los insultos y descalificaciones vertidos
constantemente en la televisión municipal suponen una quiebra del respeto a los
derechos fundamentales en un medio público que tiene encomendadas funciones de
servicio público. Es más, muchos de esos insultos provienen de su personal
eventual, sin que haya hecho nada para corregir esta violación de los
principios que inspiran la ordenanza.
Mención especial merece el uso que hace de las redes sociales del Ayuntamiento y la web municipal. Se borran mensajes incómodos y se publican sin ningún rubor las notas de prensa del PP, coartando la libertad de expresión y confundiendo la información política con la institucional. Sin duda, esta estrategia de ocultación no augura nada bueno. Pero ya vendrán tiempos mejores.
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